lunes, abril 24, 2006
La Muralla II
¿Que hay mas allá de las emociones?
La tranquilidad, la paz, la neutralidad del absoluto, del íntimo.
Ni sólo ni acompañado, sino en plenitud.
Cuando el niño se ve enfrentado por primera vez a su propia imagen utilizando sólo sus armas, se asombra, se desconoce, se mira con desconfianza, con temor; luego prueba el reflejo del espejo, apoyado siempre en sus cinco cartas.
Primero estuvo la oscuridad, el oscurantismo general, porque el niño temía de lo que veía. Estamos presintiendo que no hay peligro, estamos presintiendo que está llegando la luz ahora, porque ya no hay desconfianza de la imagen, hay que comenzar a sonreír familiarizándonos con lo que se nos ofrece.
Será entonces, recién entonces, cuando perdamos el temor, cuando comenzará la diversión y el deleite realmente, podremos jugar libremente con nuestra imagen reflejada, porque ya está asentada nuestra gran misión:
Darnos cuenta que es sólo un inocente juego de un niño aprendiendo a conocer lo que lo rodea.
La tranquilidad, la paz, la neutralidad del absoluto, del íntimo.
Ni sólo ni acompañado, sino en plenitud.
Cuando el niño se ve enfrentado por primera vez a su propia imagen utilizando sólo sus armas, se asombra, se desconoce, se mira con desconfianza, con temor; luego prueba el reflejo del espejo, apoyado siempre en sus cinco cartas.
Primero estuvo la oscuridad, el oscurantismo general, porque el niño temía de lo que veía. Estamos presintiendo que no hay peligro, estamos presintiendo que está llegando la luz ahora, porque ya no hay desconfianza de la imagen, hay que comenzar a sonreír familiarizándonos con lo que se nos ofrece.
Será entonces, recién entonces, cuando perdamos el temor, cuando comenzará la diversión y el deleite realmente, podremos jugar libremente con nuestra imagen reflejada, porque ya está asentada nuestra gran misión:
Darnos cuenta que es sólo un inocente juego de un niño aprendiendo a conocer lo que lo rodea.
